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Muy lejos en el tiempo quedó la idea de que los datos son aquello que está almacenado en una base de datos, un recurso estático que consumen sistemas empresariales o, a lo sumo, un input para hacer reportes. Hoy en día, los datos son un activo clave de las organizaciones, adoptan muy variados formatos, se revelan en las más disímiles plataformas y son utilizados de diferentes maneras por todas las áreas de la organización. Este escenario nos remite, directamente, a la importancia de contar con un plan de gobierno de datos.
Esta cuestión se vincula directamente con la operación cotidiana del negocio, como así también con la seguridad corporativa y la resiliencia. Si los datos se fugan o, en el flujo de datos entra ruido, el perjuicio puede ser muy grande. Incluso, en un ataque de tipo ransomware, la pérdida de información llegará a niveles dramáticos.
Una visión integral
Todas las estrategias de protección de datos que analizamos en esta serie de artículos, son parte de una visión global e integradora en la que se visualiza a cada organización como un todo, un sistema organizacional en el que cada elemento debe cumplir su función y, a la vez, respetar lineamientos generales que hacen a un funcionamiento óptimo, seguro y resiliente.
El gobierno de datos implica contemplar desde su adquisición o captura, el almacenamiento, su utilización en diferentes procesos, la forma en que alimenten sistemas de inteligencia de negocios, inteligencia artificial e, incluso, la automatización, los reportes y el cumplimiento de las normativas vigentes respecto al resguardo de información.
Esto último no es menor, si consideramos lo que le sucedió a una de las empresas más importantes del mundo en este momento, Meta (Facebook), que padeció una fuga masiva de datos en 2019. Si le sucedió a una empresa de esa magnitud, ¿qué hacer para estar a resguardo?
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Un gobierno de datos eficaz
Una arquitectura eficaz para la protección de la información debe contemplar:
- políticas para la captura y almacenamiento de datos en forma segura,
- capacitación al personal sobre esas políticas,
- control de aspectos de seguridad en las puertas de entrada de datos a la organización (sistemas de registro a consultas, prospectos, ventas, call center o áreas de postventa, aplicaciones de logística, etc.), correo electrónico, redes sociales, entre otros,
- protección de bases de datos y prácticas sistemáticas de realización de copias de respaldo (backup & recovery),
- implementación de políticas de higiene en ciberseguridad para mantener actualizados sistemas operativos, firmwares de routers y otros equipos inteligentes, computadoras personales, portátiles y smartphones,
- monitoreo, análisis y adecuación de los procesos internos en función de la evolución de las normas que regulan la existencia de datos seguros.
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Lo que se viene
Entre otras tendencias que la industria vislumbra para los próximos años, aparece el hecho de que los clientes irán ocupándose cada vez más de saber sobre el gobierno de datos de los comercios o marcas que consumen, lo que condiciona los procesos de compra y venta.
Al interior de las organizaciones, crece la identificación de la función del Chief Data Oficer (CDO), un rol ejecutivo que va ganando relevancia; en estructuras más pequeñas, esto puede comenzar siendo una tarea más de otro miembro del equipo de gerenciamiento, hasta que el volumen de trabajo y las condiciones del negocio permitan contar con alguien dedicado al tema en forma exclusiva.
En términos más específicos, la comprensión y análisis de lo que se conoce como metadatos también ayudará a un mejor gobierno de la información del negocio.
En este camino, no exento de complejidades, contar con el apoyo de especialistas puede resultar clave para ahorrar tiempo y dinero, partiendo de una adecuada planificación y, luego, con un acompañamiento de la implementación de ese plan de gobierno de datos que optimice los esfuerzos de la organización.
¿Está tu negocio implementando políticas de gobierno de datos? ¿Tienes dudas?
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