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La ciberseguridad se instaló como un tema central para los directorios de las empresas y hoy está presente en las estrategias de prácticamente todos los departamentos en las compañías. Incluso una reconocida consultora predijo que en adelante las relaciones con proveedores, socios y clientes estarán fuertemente condicionadas por el riesgo que esto implique a nivel de la seguridad de TI: “Para 2025 el 60% de las organizaciones utilizarán el riesgo de ciberseguridad como el principal determinante en la realización de transacciones y relaciones comerciales con terceros”. Veamos cómo se explica este fenómeno.
Dado que hoy las organizaciones tienden a conformar ecosistemas de negocios en los que integran algunos aspectos de sus sistemas y aplicaciones entre sí, es clave asegurarse que los aliados se manejen con altos estándares a nivel de ciberseguridad. Y, aunque esta integración a nivel de sistemas no se diera, el impacto económico y reputacional de un ciberataque puede ser tan elevado, que las compañías necesitan conocer qué estrategias desarrollan sus socios en materia de seguridad informática.
“Las organizaciones analizan cada vez más el riesgo de ciberseguridad durante los acuerdos comerciales, incluidas las fusiones y adquisiciones y los acuerdos con proveedores. Como resultado, puede haber solicitudes de más datos sobre el programa de ciberseguridad de un socio, a través de encuestas o calificaciones de seguridad corporativa”.
Es decir que las evaluaciones de riesgo deberán completarse antes de los contratos con otras empresas. Pero no solo los socios comerciales atenderán al riesgo de ciberseguridad en sus alianzas con terceros: también los inversores (especialmente los capitalistas de riesgo) utilizarán el riesgo de ciberseguridad como un factor importante en la evaluación de oportunidades (e incluso ya lo están haciendo).
Ciberseguridad 2023
El escenario para lo que se viene es complejo: los ciberataques se sofistican y los ciberdelincuentes están explotando las vulnerabilidades que introducen las nuevas tecnologías. Los líderes de ciberseguridad deben proteger a las organizaciones frente a eventuales ataques de ransomware, de malware e ingeniería social, los dispositivos móviles serán principal objetivo; y también frente a las vulnerabilidades que generan las redes extendidas y los nuevos sistemas ciberfísicos conectados. Además, deben atender a las leyes de privacidad de datos.
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En este mundo digital acelerado, incluso los mejores controles cibernéticos y las prácticas más avanzadas de higiene de seguridad se vuelven rápidamente obsoletos. Por lo tanto las empresas “deberán adoptar un enfoque implacable y proactivo para desarrollar capacidades defensivas”. Pero dado que las superficies de amenazas crecen más rápido de lo que muchas organizaciones pueden llegar a advertir y proteger, ya no alcanza con invertir en controles preventivos y en la higiene de seguridad: ahora las compañías deben otorgar una prioridad mucho mayor a la resiliencia cibernética.
Seguridad de TI
Los impactos devastadores de los ataques cibernéticos en la capacidad de operación de una empresa “serán más severos en el futuro para las organizaciones que no traten la seguridad cibernética corporativa como una inversión comercial”. Por lo tanto, las compañías deberán priorizar la ciberseguridad como inversión, enfocándose en reducir el riesgo operativo.
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